viernes, 18 de febrero de 2011

Mini-historia: Hablar ahora o callar para siempre

Hola! 
Para una tarea de la clase de español nos habían encargado hacer una pequeña historia sobre los que quisiéramos. Yo escribí una inspirada en la canción de Taylor SwiftSpeak Now.
No es perfecta, lo se. Pero disfrute mucho escribiéndola y espero que les guste :)
......

-¡Se va a casar! ¡Se va a casar! ¡Se va a casar! –dije desesperada a mi amiga.
Ella abrió tanto los ojos que parecían platos. Si no hubiera estado tan triste me abría atacado de la risa.
-¡No puede ser! –exclamo ella-. ¿Cómo te enteraste?
Tire enfrente de ella una invitación de boda. Ella miro el sobre rápidamente y comenzó a leer en un tono de voz tan bajo que no la puede escuchar con claridad.
Supuse que había terminado de leer, porque me miro con una mirada de compasión, haciendo que me tirara a su lado -sobre su  cama- para que me pudiera consolar.
-¿Qué vas a hacer? –pregunto a la vez que me acariciaba el cabello con su mano derecha.
-Nada. Bueno… tal vez vaya a la boda –dije apoyada en uno de sus hombros-. Me sentiría peor si no lo hiciera.
-¿Y no piensa hablar cuando el sacerdote diga “hable ahora o calle para siempre”?
-¿Qué?
-¡Sí! Para que no se casen.
-No creo poder hacerlo –dije insegura.
-¡Oh, vamos! Sera genial ver la cara de Regina cuando su queridísimo novio la deje por su ex novia.
Sonreí  a medias para complacer a mi mejor amiga.
Christofer y yo habíamos salido todo el año pasado. Pasábamos muchos tiempos juntos y todo el mundo decía que éramos almas gemelas. Pero mí supuesta ‘amiga’ Regina había estado coqueteando con él a mis espaldas y diciéndole cosas malas sobre mi haciendo que el terminara con migo y se fuera con ella.
Micaela, mi mejor amiga, había dicho que probablemente el  descubriría la clase de persona que Regina es y que volveríamos a estar juntos, pero aparentemente ese día no iba a llegar. Se iban a casar. 

-Ya viene la novia –susurro Micaela en mi oído.
Todos los presentes en la iglesia se pusieron de pie mientas Regina caminaba por el pasillo creyéndose una reina de concurso. Todo lo que puede ver en ella en ese momento fue que era una maldita mentirosa… y que su repugnante vestido tenia forma de un ridículo pastel.
Ya casi decían los votos. Su pequeña familia de mocosos  ya habían comenzado a derramar lágrimas, cuando escuche las palabras de sacerdote.
-…Hable ahora o calle para siempre.
Micaela me dio un leve codazo en las costillas como señal de que ya era hora.
Me levante de mi asiento con las manos temblorosas y miradas horrorizadas se posaron en mi.
Sin mirar a nadie más que a él dije:
-No soy la clase de chica que debería interrumpir bruscamente en medio de una boda, pero tú no eres la clase de chico de debería casarse con la chica equivocada.
El me miro con una expresión aliviada y sentí como mi corazón empezaba a latir a un ritmo tan acelerado que alguien cerca podría haberlo escuchado.
-Pensé que nunca lo dirías –dijo sonriente.

Fin.

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